La bayeta, esa gran desconocida
Una de las cosas que más fomenta la autonomía de nuestros alumnos es la ausencia de sus padres, por raro que parezca.
Al dormir fuera de casa, durante esos días son más individuales e independientes, dentro del control y la seguridad que aportan el equipo de monitores.
Aquí, los chavales/as encuentran objetivos y metas similares a los demás niños/as, fuera del entorno familiar y mucho más intensas que las relaciones sociales que se pueden entablar en cualquier actividad del colegio.
De este modo y sin él ser consciente pone en activo unas habilidades que nunca se habría visto obligado a recurrir en casa, deberá enfrentarse a contratiempos que deberá resolver por él mismo, y también a la responsabilidad de limpiar y cuidar no solo el entorno donde se desarrolla la actividad sino de su propio cuerpo, él mismo, tanto por fuera como por dentro.
Esto sumado a otros como el desarrollar la empatía, desarrollo de las habilidades sociales, mejorar su capacidad de resolutiva, aumentar su capacidad crítica y onsolidar sus hábitos alimenticios y de higiene, resulta una opción muy apropiada para su desarrollo.
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