Esta semana, del colegio Joaquín Costa tan sólo han venido cuatro chicas. Por ello han podido acomodarse como han querido en las grandes habitaciones compartidas del albergue. Hay una grande para niños y otra para niñas, con sus correspondientes baños y duchas enfrente.
El objetivo de estas convivencias es que los niños/ aprendan, se diviertan y lleven toda la experiencia adquirida a su vida cotidiana. Durante su estancia, tienen la oportunidad de aprender a: Vivir en cooperación, socializarse e integrarse, mejorar la comunicación, expresarse, convivir, trabajar en grupo, desarrollarse personalmente, experimentar la libertad, crear y participar.
Al pasar la noche juntos, se afianzan los lazos de unión que ya existían entre ellos y se crearán otros nuevos. Esta unión fortalecerá su sentimiento de formar parte integrante del grupo-clase.
Tendrán menos miedos y nunca se sentirán solos. Si se despiertan por la noche, el simple hecho de escuchar la respiración de otro les tranquilizará, les hará sentirse acompañados y les facilitará la vuelta al sueño.
Esta experiencia les ayuda a independizarse de los padres, a ser más autónomos y a sentirse “mayores”.
Además, se divierten más. Sin duda, es mucho más entretenido dormir acompañado que hacerlo a solas. Esto hace que el momento de irse a acostar también les resulte menos duro.
